miércoles, 5 de agosto de 2009

Conclusión


Todas las empresas presentan problemas y hasta enfermedades; pero no siempre los se enfrentan con suficiente acierto. Para conseguir la efectividad organizacional se debe obtener mucha prevención, y diagnóstico rápido para toder atacar con tratamiento. Ignorar la existencia de problemas no es precisamente una forma inteligente de salvaguardar la salud organizacional; basta con dedicarse a neutralizar los síntomas. La función de la directiva debe consistir, cada vez más, en hacer seguimiento y mantenimiento a las organizaciones. Los directivos han de hacer un permanente ejercicio de análisis, síntesis, y adaptación de las soluciones que se postulan a las realidades próximas; esto es ciertamente difícil. Pero no basta con conservarnos sanos y efectivos: es preciso estar mentalmente y físicamente fuertes, para, poder cultivar la mejora continua y la innovación en nuestra empresa. Muchos dicen que ésta es la fórmula de la supervivencia.

Sin duda hemos de salvaguardar la salud y efectividad de las organizaciones, e incluso mantener la calidad de vida en ellas.